Los números entregados por Fuerza, Garra y Corazón a la SVS dan cuenta de altos montos, en varios casos injustificados y finanzas de un elenco de Primera División, que se sostenía sólo con préstamos. La Pelota es Mía rescató las contabilidades de la concesionaria, que presentan números sorprendentes. 

«Desde que asumimos, hace casi cuatro meses, comenzamos a monitorear la situación de Deportes Concepción y finalmente llegamos a la conclusión que no tenía viabilidad financiera. En vista de esta situación y en cumplimiento de nuestra normativa interna entregamos todos los antecedentes al Consejo de Presidentes para que este resolviera (…) Deportes Concepción llegó a su estado actual porque en los últimos años tuvo controladores negligentes e irresponsables». La cita corresponde a la declaración pública que la ANFP dio el 26 de abril de 2016 luego del Consejo de Presidentes donde se sentenció la desafiliación del León de Collao.

Durante la reunión extraordinaria de los presidentes en Quillín, se habló de malversación de fondos, gestión ineficiente y despilfarro de recursos; ni Adolfo Sabando, ni Pablo Tallarico o Nibaldo Jaque estuvieron ahí.

Pero basta al revisar la contabilidad y finanzas declaradas por la concesionaria Fuerza, Garra y Corazón para darse cuenta de gastos exorbitantes y de una realidad dispar a lo que día a día uno veía en Collao o Nonguén.

El presupuesto 2014, aprobado en noviembre de ese año en un documento firmado por el gerente general de la ANFP Rodrigo Grümberg, da cuenta de que por concepto de ‘Ingresos de Exploración’, la concesionaria recibió un total de $527 mil millones, entre los que se consideran $250 millones correspondientes sólo a montos del CDF, $45 millones por transferencias de jugadores, $80 millones por concepto de venta de abonos y borderó, entre otros.

A contrapartida, por concepto de ‘Costos de Exportación’ el informe da cuenta de que el gasto anual superaba los $720 millones, desplegado en un costo anual de $426 millones del plantel (entre remuneraciones, primas y premios), casi $100 millones en el gasto operativo de hotelería, traslado y arriendo de canchas y casi $100 millones en ítem Administración y Finanzas.

La memoria anual publicada en la página de la CMF en tanto, y última que dio a conocer la concesionaria que administró al club, da cuenta que que los activos superaban los $2.871 millones en ese año.

En ese año, la dirigencia de FGyC recibió 440 millones de pesos en préstamos de la ANFP, según pudo determinar la auditoria forense de Deloitte, los cuales fueron depositados en su mayoría a Adolfo Sabando, quien era presidente y cara visible de la concesionaria.

«Nunca tuvimos en la mesa los 1.500 millones de pesos de una vez. Era una modalidad habitual de la ANFP y servía para paliar deudas con los factoring, pagar gastos del plantel, entre otros. A Concepción y otros clubes les prestaron dineros, es un hecho objetivo que yo no puedo negar. Un grupo de clubes se vieron beneficiados más que otros… acá tuvimos un incendio y dejamos Collao, lo cual nos dejaba sin muchos recursos», dijo el propio Sabando en diario El Sur durante 2016.

Volviendo a los años anteriores, en el caso del presupuesto 2013  se declararon como Ingresos de Exportación un total de $1.052 millones, de los cuales $459 correspondían a ingresos por Fútbol y otros $293 por concepto de CDF, (en ingresos fuera de exportación se consideraron otros $25 millones), mientras que en materia de Egresos se declararon $778 millones de los cuales $513 millones estaban asociados al concepto Fútbol (pago de reumenraciones) y $80 millones en gastos operacionales (en gastos fuera de exportación se consideraron gastos por $270 millones).

Sólo en 2013 la ANFP prestó $420 millones de pesos a la concesionaria, que se entregaron en la modalidad de préstamos. Estos montos, nunca fueron declarados íntegramente en los informes de la Superintendencia de Valores y Seguros, sin embargo en las últimas horas se ha conocido que lo que era una simple ‘transferencia bancaria’ contaba con firmas y membretes de la administración Jadue, incluido el préstamo del Banco BBVA.

LAS RAZONES FINANCIERAS EXPUESTAS EN EL CONSEJO DE PRESIDENTES

En el consejo de presidentes del 26 de abril, se realiza una presentación de las razones que llevan a la solicitud de desafiliación por medio de la Unidad de Control Financiero, llevada adelante por el tesorero de la época Aldo Corradossi como una medida que apunta a «lo mejor para el fútbol chileno», donde se habla de las deudas que sostiene la concesionaria con la ANFP, el estado financiero a la fecha, el no cumplimiento de estatutos y el incumplimiento de pagos provisionales.

En este último punto se plantea que en seis de los últimos nueve meses (desde julio 2015) se «detectó el no pago de obligaciones laborales en seis de estos, lo que fue denunciado por la UCF (…) En algunos casos fuera de plazo y otros no cancelados en dos casos».

Respecto a las deudas que mantenía en ese momento Deportes Concepción SADP se hace mención al préstamo del Banco BBVA de $1.050 millones de pesos (US$2 millones), «cifra superior a lo aprobado en el consejo, que era US$1 millón. Se han descontado parte de las cuotas a los montos que se pagan al club por conceptos CDF y la deuda a la fecha es de $508 millones, restando 21 cuotas que serán pagadas a enero de 2018».

Sobre las deudas con instituciones externas (cesiones), Corradossi plantea que «dos han sido acogidas por juicios laborales y cuatro de las seis cesiones no han podido ser recibidas, una con FactorPlus de la que no se conoce el monto (9 de noviembre de 2015), otra con José Olivares Rojas por $248 millones, otra con Inversiones El Bosque Frutillar por $35 millones y Sergemed LTDA por $83 millones. Actualmente el flujo insoluto de estas cesiones es de $385 millones».

El tesorero también explica que se mantienen deudas con la ANFP, la cual «alcanzó un máximo de $1.206 millones, principalmente a través de varios flujos que fueron entregados a Deportes Concepción SADP. Están los cheques que ratifican estos montos, además de pagos por servicios prestados por viajes y hotelería».

Algunos de estos cheques son individualizados con nombres Adolfo Sabando, Pablo Tallarrico, Saviero Faillace, Nibaldo Jaque y Luis Polnoroff, entre otros, además del uso de pasajes aéreos dentro y fuera del país. «Se pagaron pasajes y hotelería a personas que no estaban asociadas al club», dijo Corradossi.

Sobre los estados financieros presentados por la concesionaria ante la SVS, el tesorero detalla que «las operaciones son deficitarias en muchos clubes, lo que utilizó la UCF para generar proyecciones respecto a que al no existir aportes de capital, nuevos inversores y distintas medidas, no se han podido pagar los sueldos a tiempo. De estos documentos entendemos que la junta de accionistas reconocía que Luis Polnoroff, Pablo Tallarico, Adolfo Sabando, Gastón Polnoroff y Saviero Faillace eran directores de la concesionaria y Trial S.A era controlador desde hace dos años, con potestad para tomar decisiones y acceso a la información».

En el último punto y en un «ejercicio simple de análisis» según sus palabras, Corradossi detalla que «en los últimos cinco años (2010-2015) han ingresado en promedio $83 millones mensuales por todos los ítems (borderó, CDF, venta de jugadores, etc.), y los gastos operaciones reales promedio son de $73 millones, los gastos de administración y ventas son de $27 millones, la mortización real del BBVA por los próximos dos años es de $26 millones, y la mortización por las demás deudas es de $58 millones mensuales. Proyectamos en base a datos reales, hay un déficit de $101 millones mensuales».

Planteles de $50 a $60 millones al mes en una divisional que por promedio gasta hoy cerca de la mitad de esos recursos, viajes fastuosos por varios años que terminaron una última temporada apoyada por hinchas con algunos recursos, y un abandono institucional que llevó al elenco lila a vivir una historia que los llevó al fondo para resurgir como el Ave Fenix.

Fotografía: Cedida