Como dijo Sergio Silvestre en el relato de La Pelota Es Mía Radio, “el diablo se aburrió del infierno y volvió al cielo”, al igual que el artífice de la histórica campaña que dejó a Ñublense campeón a dos fechas del final. El DT tuvo escuetas pero contundentes palabras de elogio para su equipo.
Hoy todos celebran en el Ñuble. Después de su descenso del 2015 y casi lograrlo el año pasado en la liguilla creada por el Estallido Social, los Diablos Rojos confirmaron su regreso a la división de honor del fútbol chileno y lo hicieron con fiesta. Le dieron un baile a Copiapó y le propinaron un contundente 5-0, para gritarle a Primera A que acá va el Diablo.
Y escuetas, pero palabras de elogio fueron las del entrenador de este histórico plantel, Jaime García. El hombre volvió de la muerte a raíz de su dura batalla contra el Covid-19 y lideró este equipo a la gloria, la misma que irán a buscar la próxima temporada, esta vez en la división de honor del fútbol chileno.
“Estoy contento por esto, porque conocí a un gran grupo. Nosotros nos prometimos algo, que costó muchísimo, pero lo cumplimos. Aún quedan partidos eso sí y hay que seguir”, fueron las cortas pero contundentes palabras del entrenador, campeón de Primera B.
Celebre, Jaime García. No solamente por devolver a Ñublense al fútbol de honor de Chile, sino por lo duro que lo pasó por la pandemia. Usted, más que nadie, se merece esa copa.