Los Cruzados batieron a los rojos desde el punto penal y, al igual que en el 2016, levantan nuevamente la Supercopa en el Ester Roa Rebolledo. Los de Jaime García deben ganar el único partido que les queda en el torneo para llegar a Copa Sudamericana
Cerca de 18 mil personas tiñeron de rojo y blanquiazul el Estadio Ester Roa Rebolledo para la edición 2021 de la Supercopa. Universidad Católica Ñublense animaban, de esta manera, el duelo de campeones de esta temporada.
Fue un partido tenso, trabado y con más roce que emociones en los arcos. En el primer tiempo, fue Católica quien controlaba la rotación del balón. Aued y Saavedra eran figuras en el centro del campo distribuyendo y recuperando el esférico para la Franja. Ñublense, por su parte, se resguardaba de las pocas llegadas que los Cruzados podían generarse, ante el buen trabajo defensivo de los chillanejos. El primer tiempo siguió esta tónica: pocas llegadas para ambos equipos y mucha refriega en el mediocampo.
Sin embargo, algo dijo Jaime García a sus pupilos en el camarín que dio resultado. Ñublense salió a la cancha con furia en sus ojos, totalmente en búsqueda de abrir el marcador a su favor. Católica, por su parte, vivía los peores momentos del duelo. Esto derivó en que al minuto 69, Federico Mateos concretase una gran jugada colectiva con un remate que tuvo complicidad de Luciano Aued. Gol de los Diablos Rojos que, a 20 del final, parecía que se iban a quedar con su primera Supercopa.
Pero Católica reaccionó a tiempo. Solo 10 minutos le duró la felicidad a los chillanejos, ya que Fernando Zampedri batió de penal a Nicola Pérez, tras una mano de Caroca comprobada por el VAR. El partido terminaría con este resultado, más la expulsión de Juan Leiva al minuto 88.
Desde los doce pasos tuvo que definirse al campeón de la edición 2021 de la Supercopa. Fue Universidad Católica que se coronó como tricampeón de ésta copa, gracias a un Sebastián Pérez notable, que contuvo dos penales (a Federico Mateos y a Bustamante). Fue 7-6 a favor de los de Paulucci, que sumó su primer título como entrenador.
Foto: Bárbara Muñoz – La Pelota es Mía