Ante 22 mil personas y con una fiesta preparada para la manada lila, el elenco lacustre supo imponer sus términos, aguantar los embates del local y destrabar un cerrado encuentro, que los consagra como justos campeones de la Quinta División. Ambos elencos cierran la temporada con miras al torneo de Tercera A que partirá en abril. 

La mitología en distintas partes del mundo cuenta historias de triunfo del más pequeño frente al más grande: David contra Goliat es la más conocida de ellas. Sin embargo, lo ocurrido en el Ester Roa Rebolledo tiene otros tintes, matices y un final reservado para los mejores. 

Pilmahue de Villarrica se consagró campeón del torneo de Tercera B, luego de vencer por la mínima al CSD Concepción y tras el empate de la ida en la Araucanía.

El ambiente previo hablaba de una fiesta: 22 mil hinchas en las galerías, grupos musicales, presentación de las ramas y un estadio que responde ante cualquier escenario. Pero el fútbol se juega dentro del rectángulo verde y como dijo Obdulio Varela, seleccionado uruguayo campeón del mundo en 1950, «los de afuera son de palo».

En cancha ambos elencos ponían a sus mejores cartas, los más titulares y goleadores. Y el choque de fuerzas se vio desde el minuto uno: Los primeros minutos Pilmahue presionó la zona defensiva Lila con un buen despliegue de Illanes, Bustamante y Mendoza, tres de las figuras del campeón. 

Ahí respondió bien el meta Cárcamo y los zagueros Acum y Quintana. Respuestas que le dieron aire a los dirigidos de Esteban González, quienes al final del primer tiempo desperdiciaron dos ocasiones de gol en los pies de Hermosilla y Benavente. 

En el complemento, la historia se mantuvo, con una fuerte presión de los verdes en el área local. Esfuerzo que tuvo su premio a los 73 minutos cuando Andrés Bustamante tuvo respuesta a todas sus ocasiones: Con un potente cabezazo rompió el cero, cerró el marcador en favor de Pilmahue e inmortalizó su nombre en la historia del nobel club.

En los últimos minutos, con la presión del reloj y la falta de un jugador tras la expulsión de Iván Jara minutos antes del gol, los lilas apostaron todo por sacar adelante el partido con garra más que buen fútbol.

Sin embargo, no alcanzó. Y así Pilmahue se consagró campeón, ante un estadio lila en su totalidad, con un puñado de hinchas que llegaron con la ilusión y que sienten que David venció a Goliat. El 15 de diciembre entra en la historia para los de Villarrica y en el León de Collao ya piensan en el próximo torneo, mirando la escalera del fútbol con un par de peldaños ya superados.

Fotografia: Carlos Avalos/La Pelota es Mía