La ilusión de los hinchas de Deportes Concepción estaba renovada tras el 4 a 0 a La Serena que dejaba al León de Collao en la liguilla. Tras tres temporadas para el olvido, el equipo de Ariel “Fantasmita” Pereyra volvió a ilusionar a los hinchas lilas, y pese al partido que se jugaba en la ANFP, era imposible no pensar en esos duelos con Puerto Montt, y en la opción de ir por el ansiado retorno a Primera División.

La campaña “El Conce No Se Va” se tomaba las redes sociales, todo el medio futbolístico se unía a la cruzada del Conce, y para lo que no entendían mucho cómo funcionan las cosas en Quilín, pensaban que era imposible desafiliar a un equipo con tal nivel de adhesión. Futbolistas, periodistas, entrenadores se sumaban, y con el paso de los días, hasta personajes de la farándula, políticos, e incluso desde el extranjero, daban cuenta del tremendo apoyo que tenía Deportes Concepción.

Sin embargo, las decisiones del fútbol chileno pasan por 32 personas y ése era el miedo. El día antes del Consejo de Presidentes la esperanza existía, con mi incondicional amigo Andrés Gajardo “AGA”, ya cotizábamos pasajes para ir a Puerto Montt a mitad de semana. Tuve la opción de conversar en los días previos con presidentes de clubes reconocidos por ser hinchas de los mismos, algo no muy común, y el comentario apuntaba a que nadie quería desafiliar al Conce, pero la ANFP iba a tomar como un acto de rebeldía apoyar al León de Colllao, y quienes lo hicieran debían atenerse a las consecuencias de ese acto. Finalmente el día llegó y la atención del medio deportivo estaba con la situación de Deportes Concepción, mientras que #ElConceNoSeVa era tendencia en todas las redes sociales.

Mis jefes de ése entonces no eran muy futbolizados, por lo que pedir el día libre con la razón de ir a luchar por el club de mis amores no era justificación, por lo que tuve un día muy poco productivo desde la oficina atento a todo lo que ocurría en la ANFP. Un colega me llama minutos después de haber comenzado el Consejo y me dice: “Tienen los votos. Se salvaron”. Las llamadas y mensajes se multiplicaban, había alegría en la gente, pero no tranquilidad. Vino un break de colación, el maldito break de colación. Mi colega me había adelantado: “Ojo con las volteretas”. El break debía durar 45 minutos, pero se extendió por más de 2 horas, en el intento desesperado de la ANFP por conseguir los votos para apoyar una medida premeditada. Vino la votación. Salí del trabajo y emprendí rumbo a la ANFP para juntarme con los cientos de hinchas que esperaban afuera muy atento a la votación. Y ahí vino el mazazo. El dirigente de sombrero sale muy rápidamente de la ANFP y es el primero en confirmar: “Se desafilió a Deportes Concepción”. El resto de la historia es conocida. Incidentes en la ANFP y en la plaza de Concepción con miles de hinchas que explotaban en llanto y rabia.

Llegué a Quilín y de los cientos de hinchas solamente un puñado, dentro de los que estaban mi amigo AGA. Con nuestras camisetas resignados quizás pensamos en descargar la ira contra quien podía mofarse de nuestra situación, pero vimos en los autos que pasaban muestras de apoyo de los hinchas. Nadie entendía porque se mataba la ilusión de miles de fanáticos.

Salen de la ANFP dos personas ligadas a Deportes Concepción y nos confirman el peor escenario. La gestación del plan para desafiliar al club, y el voto que se dio vuelta, estaban en la misma zona. A los minutos, sale Polnoroff, y un Carabinero nos dice: “Aléjense muchachos, que si hacen algo los podemos llevar detenidos”. Le respondo: “Por favor, nos acaban de matar al club, no le haremos nada al auto, pero déjenos desahogarnos”. Seguramente el Carabinero sabía de fútbol, porque asintió con la mirada, y con el pequeño grupo de hinchas pudimos desahogarnos de quien huía a Argentina, pero quien también fue víctima de los verdaderos culpables.

Antes de partir definitivamente de la ANFP el mismo Carabinero me dice “Tranquilos, van a volver”. No había respuesta, pero por dentro uno pensaba cómo poder volver, sin saber el camino que se empezaba a trazar, y los inolvidables momentos que marcaron el regreso de Deportes Concepción al profesionalismo. Fue el día más triste, pero en los libros de historia, quedará como el día en que oficialmente empezó algo que se venía gestando desde hacía tiempo, recuperar el club.

Esa noche recibí más mensajes de apoyo que cuando he sufrido la muerte de algún familiar. No contuve las lágrimas al ver la foto de mi hermana llorando en Concepción, y con mi amigo AGA fuimos a comer en la cena más larga, triste y silenciosa de mi estadía en Santiago, quizás sin saber las alegrías que el destino nos tenía guardadas, esas alegrías que hoy las disfrutamos aún más, porque pensamos que nuestro club se iba, pero finalmente, nuestro club se hizo más grande.

Fotografía: Cedida