#LasÚltimas72Horas: Crónica de un 26 de abril difícil de olvidar…

El siguiente relato busca ser una mirada desde adentro de como se vivió ese fatídico día negro para la historia del fútbol regional… 

«¿Saben algo? Todavía no han informado nada… – Tengo a alguien en Santiago que está siguiendo todo, pero aún no hay claridad». El diálogo dónde hago la pregunta a un ídolo lila, que junto a su hermano miran sus celulares, entre los cientos de personas que llegaron a la Plaza Independencia esa cálida tarde de martes de otoño, ocurre a las 17.30 horas.

Los hinchas daban vueltas sin encontrar respuesta alguna, varios caminando sin sentido, mirando el cielo o el suelo buscando una señal de que el destino podía ser otro. Pero el destino ya estaba escrito…

En mi mente aún resonaban las palabras de Adolfo Sabando, que dijo dos días antes en una extensa entrevista donde con papel en mano defendió su gestión: «Espero que no maten a Deportes Concepción, y le den la posibilidad de recuperarse». Una chance que quizás parecía el último bastión al que toda la manada lila podía aferrarse, pero que en realidad carecía de una viabilidad real para los mandamases del fútbol chileno.

Ese martes 26, que coincide con el día de mi nacimiento era el cierre de una semana caótica. Caótica por el cruce de informaciones que iban y venían desde Santiago, el llamado al consejo extraordinario de presidentes y una tensa calma -sabandismo que ocupamos en los medios de comunicación- respecto a que podía pasar.

El día viernes 22, me dediqué uno por uno a llamar a cada uno de los dirigentes del ascenso para saber si votarían a favor o en contra. Bloise, Mella, Uribe, Muñoz y tantos otros dieron a conocer sus puntos de vista; de ellos sólo unos pocos mantuvieron la palabra empeñada ante una grabadora encendida.

Sin embargo, en varios de los dirigentes había una especie de rectitud que les hizo olvidar sus propios pecados y mirar los ajenos, cuestión que claramente anticipaba este destino.

El sábado en tanto, y en cancha, Deportes Concepción avanzaba a la liguilla. Un 4-0 rotundo que fue sacado adelante con mucha garra y eso los jugadores lo reafirmaban mientras contaban como habían pasado los últimos días, con la tarea cumplida… al menos de su parte. Capitulo aparte fue la marea lila que salió del centro hasta Collao, cantando y vitoreando a su equipo, como debería ser todo el año gane o pierda.

El domingo 24 fue de mucha conversación en off con colegas, cercanos al plantel y buscando alguien que pudiera dar claridad en medio de tanta incertidumbre. Tras un horrible partido que hizo la UdeC ante Colo Colo, y de vuelta en la oficina de la casa editorial que me acoge hasta hoy, recibo un llamado. «Queremos conversar, ¿nos puedes recibir tipo 19 horas? – Perfecto, los esperamos».

La voz era de Adolfo Sabando, ex presidente de FCyG y el único que en los meses anteriores sacó la voz y trato de salvar lo que podía. Acompañado por su tío Raúl, llegaron a las oficinas y acompañado por el gran Claudio Pozo, el mejor periodista polideportivo de la zona y uno de los más capacitados en el país, dimos inicio a una conversación de más de dos horas, que quedó plasmada casi en su totalidad en dos páginas del cuerpo de Deportes de Diario El Sur.

Una charla franca, temerosa en algún momento y con momentos que sigo recordando hasta hoy, como cuando Sabando muestra las colillas de su cuenta personal en el Banco Santander con todos los préstamos que hizo la ANFP, visados por Jadue y firmados por Jaque, o cuando el propio Sabando admite perder más de $200 millones por intentar salvar a Deportes Concepción.

Una charla valiosa y necesaria en un momento crucial, por lo que la decisión editorial solo tardó un par de minutos y una que otra llamada. La entrevista se publicaba íntegramente y pese a que un detalle había sido omitido -después rectificado en la edición del día siguiente- la publicación representaba un deber cumplido hasta ahora: Contar sin espacio a las interpretaciones que estaba pasando y porque estaba pasando lo que todos sabemos.

Punto aparte, correr el cierre de un diario impreso tiene un alto costo económico para quienes no conocen la interna de un medio de comunicación. Pero por el valor periodístico del contenido, valió la pena pagar ese costo…

Lunes 25 y la conversación se centraba en que iba a pasar en Quillín. Roberto Coloma me detallaba su plan, junto a otros dirigentes, para salvar a Deportes Concepción. Algo sencillo de explicar, pero de lo que había que convencer a 32 dirigentes que medianamente tenían claro que pasaría.

Cuestión que se sabía al coordinar con algunos dirigentes contactos para la tarde del martes tras el directorio. «Está dificil la cosa, quieren voltear a su equipo», decía uno de ellos. Cabe aclarar, como en otras ocasiones, que no tengo un vínculo afectivo con los colores lilas… la denominación apunta a la zona.

Martes 26 de abril, y un día tradicional de trabajo se convertiría en una ola de emociones. Desde la expectativa, el llamado de algunos amigos y los primeros datos que llegaban de Quillín al desastre.

La votación había sentenciado la desafiliación de Deportes Concepción. Mientras los hinchas lloraban en las calles, ese ídolo caminaba con la mirada perdida por el centro de la ciudad, yo tomaba el teléfono y la sorpresa era mayor. «Huachipato y la UdeC orquestaron todo, eso fue lo que le pasó», contaba el mismo dirigente citado anteriormente.

Debo también hacer un punto respecto a la no mención de algunos nombres. Por mi formación profesional de periodista, es clave aprender que los off the record se respetan siempre, sin doble lectura. Y en este caso, como este es un texto interpretativo o una columna de opinión, decidí aplicar la misma fórmula por respeto a quienes si quisieron hablar y sus palabras no se plasmaron de forma pública, como en otros casos como el de Coloma o Sabando.

Tras recoger los testimonios y cerrar la jornada, pasadas las 21 horas, hablé con un jugador cercano del plantel. «Estamos acá en medio de la oscuridad, parece que hasta se robaron algunos zapatos de fútbol… es horrible todo esto. Veremos con mi familia que hacer», contó.

Y es que el sentido de estas líneas es recordar, revivir y mantener latente una historia lamentable que no debe repetirse en el fútbol. Por los jugadores, los trabajadores y la gente que mantiene viva a un club, por los hinchas y toda la impronta, pero sobre todo porque necesitamos unirnos para hacer región para afrontar estos hechos, para descentralizar las decisiones y sobre todo, remar para el mismo lado.

Si cuatro años después, alguien no entiende eso es porque francamente no se aprendió nada…

Fotografía: Cedida

2 Replies to “#LasÚltimas72Horas: Crónica de un 26 de abril difícil de olvidar…”

  1. Una limosna por favor para
    Deportes Concepcion .

    Y cuando comienzan a devolver todo lo robado ? .
    Y no piensan limpiar su nombre
    O creen que cambiando la insignia se libraron de responder al futbol chileno ?

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