El técnico del momento en el fútbol chileno conversó con LPEM TV sobre el presente de su carrera y lo que espera para el futuro de Ñublense.
Jaime García es, sin duda, un nombre histórico en la región del Ñuble. En 2020 se anotó con el ascenso de la escuadra chillaneja y en 2022 los clasificó por primera vez a Copa Libertadores de América. En entrevista con este medio, el técnico comentó sus secretos y cuál es para él la clave del éxito.
Sobre su estilo de juego, el estratega comentó que «a mí me gusta salir jugando, romper la línea de pases y la presión. Hay rivales que te leen bien al equipo y movimientos y debemos saltar líneas, pero a mí me gusta atacar rápido«.
«Soy simple y uno va avanzando, pero el fútbol no cambia, los técnicos trabajamos muy parecido, pero el fútbol sigue siendo el mismo y todos nos enfocamos en temas parecidos. Yo doy el mensaje simple para que el jugador me entienda lo más rápido posible», analizó.
Acerca de su relación con los jugadores, García comentó que todo se basa en un concepto: confianza. «Las confianzas deben ser mutuas, sabemos que en todos lados hay gente complicada, pero a mí me gusta compartir con el jugador, ver en qué puede mejorar. La idea es ayudarlos en sus errores, me interesa el presente del jugador», contó.
«UNO SIEMPRE ESTÁ SOÑANDO»
«Estos cuatro años han sido muy duros y lo que hemos logrado ha sido un merito de todos. (La posición) donde está el club no la habíamos pensado, sí soñado, uno siempre está soñando, pero para eso se necesita apoyo». Respaldo que, según comentó, ha recibido en el Ñuble. «Acá hemos tenido solo buenos momentos, pero en un momento en 2020 recibí apoyo cuando tuvimos una serie de empates. Pero es lindo escuchar cuando te dicen ‘te quedas pase lo que pase’, todo es más fácil cuando creen en tu trabajo. El sabor es que todo en el club se ha mantenido bien, me respetan y me siento respetado, pese a que podamos tener diferencias, cosa que ocurre en todos lados», comentó.
Por último, cuenta que el no «creerse el cuento» es clave, junto a la seguridad en el trabajo realizado. «A nosotros (técnicos) se nos hace difícil estar insertos, debemos estar en equilibrio siempre. A mí se me mueve un árbol y llegan las dudas, pero creo que he ido de menos a más. Hay que luchar contra los egos y envidias. Trato de no agrandarme ni volverme loco, creo que si pierdo mi esencia, no tengo nada más que hacer. Me gusta irme potenciando en el día a día. Mantenerse en esta selva es complicado», confesó.
Fotografía: Agencia ATON.