Últimos en la tabla y en posición de descenso directo, en Universidad de Concepción es imperativo ganar. El empate 2-2 obtenido en Iquique asoma como evidencia de la mejora en el juego oro y cielo desde la derrota 0-3 ante Universidad Católica.
Son días difíciles para ser hincha de la Universidad de Concepción. El Campanil marcha último, mostrándose como un absoluto revés de lo exhibido el año pasado, cuando terminaron en la segunda ubicación del campeonato y clasificaron de forma inmediata a la Copa Libertadores.
Esos días ya están atrás y la UdeC tiene que aspirar a salir del fondo de la tabla como sea. Los dirigidos por Francisco Bozán tienen 15 puntos de 57 posibles. El registro es absolutamente negativo y complicado. Sin embargo, en el Campanil entienden que las herramientas para remontar el duro momento existen y, al mismo tiempo, mantienen la convicción de que pueden salir del hoyo.
Distinta realidad tiene el cuadro árabe. Con 13 puntos de diferencia, Palestino ostenta la sexta ubicación de la tabla. Están en puestos de Copa Sudamericana y un triunfo puede acercarlos a la parte más alta de la tabla, pudiendo terminar en la tercera ubicación dependiendo de otros resultados.
Entendiendo que tras la dura caída con Católica de local la UdeC sí ha evidenciado mejoras en su forma de juego, el duelo con Palestino se ve como el momento perfecto para que el Campanil no solo gane, sino que también logre un triunfo anímico para repuntar el curso de cara a lo que queda de campeonato.
“Me parece que hay momentos de los partidos en que somos firmes, donde es difícil que el equipo rival logre cosas. Ahora, es complicado cambiar la forma de jugar de un día para el otro. No puedo decirles a los muchachos ‘ahora vamos a salir a empatar todos los partidos’ y sacrificar el ataque, que nos ha traído resultados los últimos años”, afirmó el entrenador de la Universidad de Concepció, Francisco Bozán.
Ambos equipos tienen mucho que ganar y poco que perder en el partido de este domingo. La cita es a las 12:30 horas en el Estadio Ester Roa Rebolledo.
Fotografía: Felipe Venegas/La Pelota es Mía