Los «diablos rojos» terminaron la primera rueda como líderes exclusivos de la primera B, pero esto no les asegura nada aún y será la segunda rueda la que definirá todo.
El equipo representante de la región de Ñuble, terminó como líder de la primera B, ya terminada la primera rueda del torneo, pero, ¿qué significa eso?… de momento nada, ya que, debido a las bases del campeonato, nada le asegura aún el poder jugar en primera división el próximo año, a pesar de haber sido el mejor equipo en la tabla en la primera parte del torneo.
Los diablos rojos lograron mantener un buen rendimiento a lo largo del torneo, ya que desde las primeras fechas estuvieron peleando en la parte alta de la tabla, situación que se acentuó cuando volvió el fútbol tras la paralización por la alerta sanitaria. A pesar de que aún queda la segunda rueda, Ñublense asoma como el principal candidato para jugar el 2021 en la división de honor.
Una mezcla de jugadores jóvenes y experimentados, la mayoría conocidos y dirigidos anteriormente por Jaime García. Jugadores como Sebastián Pérez, Mario Briceño e Iván Rozas, que no pasan los 23 años y son importantes en el funcionamiento de los Diablos Rojos.
El torneo de la primera B del fútbol chileno se divide en dos partes. La primera rueda sirve para que los equipos logren acumular una gran cantidad de puntos para la segunda mitad. Quien sume más puntos en esta primera rueda, no le asegura nada de momento, solo ser uno de los candidatos fijos para el ascenso.
Es en la segunda rueda donde se dan a conocer los ascendidos: El primer lugar sube de manera directa a la Primera A, y el otro cupo es para ganador del partido entre el segundo lugar, versus el vencedor de una liguilla de promoción de ascenso que se disputa entre el 3° y el 6°.
Fotografía: Comunicaciones Ñublense.