No tiene que ver con el fútbol de la TV, pero sí con juntarse con amigos a ser feliz pasando el rato. Sin importar lo que suceda afuera, en la cancha solo importa el rectángulo donde ocurre todo, y sin esa escapatoria a la vida esta se vuelve más difícil.
Sin duda alguna, la realidad actual tiene aristas mucho más complejas que la realidad del fútbol. El hambre, frío, la enfermedad y la muerte rondan como nunca antes en este siglo. La vida y nuestra forma de vivirla sufrieron un remezón. El guión parece sacado de una película distópica.
Esta realidad ha limitado aspectos de la vida cotidiana como salir a comprar, trabajar, reunirse con seres amados, viajar y también el fútbol. No me refiero tan solo al fútbol como profesión y espectáculo, sino como modo de salida, de recreación y convergencia social. Ese deporte de barrio, que mucho sabe de esfuerzo y poco de sueldos millonarios. El fútbol de la pasión.
Partidos de fin de semana con amigos y el popular tercer tiempo. Partidos de compañeros de trabajo que terminan disputándose cómo la final de la Champions, han quedado en el recuerdo. Tanta cancha vacía que se ve como un reflejo de la mala temporada que estamos viviendo. He visto amigos mirando los campos sintéticos vacíos como anhelando algo que la pandemia les arrebató, pero que pocos se dan en lujo de reclamar.
El último partido que jugó Benjamín Espinoza lo ganó, no celebró tanto, ya que no sabía que sería el último partido que disputaría el 2020. Fue un miércoles 11 de Marzo, un partido con los amigos de infancia, esos que se saben todas tus anécdotas y conocen a tu familia desde el cumpleaños número 6. Son esos amigos que sabes que van a hacer antes que lo hagan, a esos que les das el pase a ciegas, y si no se lo das, sabes que se van a enojar.
“La llegada de la pandemia irrumpió en una rutina cargada de fútbol. Me declaro un amante de este deporte. Mí día a día se nutre de la pelota, noticias, goles, traspasos, bloopers, en fin. De los 7 días de la semana más de la mitad estaban destinados a entrenar o jugar a la pelota. Si bien nunca llegué a ser un profesional, la experiencia y lo que significa entrar a una cancha es algo indescriptible, cada cual vive su propia final. Para mí, el fútbol es una oportunidad de distracción, un espacio de descanso y relajo. Es impresionante cómo influye en tu estado de ánimo la realización periódica de una actividad que amas y que te distrae, en este caso el bendito fútbol. En un inicio me costó mucho pasar de un ritmo súper activo, a estar encerrado con un ritmo de competencia y actividad mucho más bajo. Ya se avizoran los primeros indicios de un posible retorno a la actividad, y no les voy a mentir, me emociona e impacienta”, aseguró.
Los que dicen que el fútbol es cosa de hombres no pueden estar más equivocados. El deporte y la pasión no distinguen géneros. La pelotita no sabe de discriminación con quién la sabe tratar con sutileza y clase. Es por eso que Sofía Beltrán, futbolista profesional de Fútbol UdeC nos comenta sobre esta ausencia.
“En mi caso, ha sido súper difícil adaptarse a no entrenar, no jugar, no ver gente, no preparar partidos y todo eso ya que era parte importante de mis días y mis fines de semana. El hecho de entrenar por Zoom ya es muy diferente, porque no se da lo que es pases, tiros al arco y fútbol en general. Aun así los profes han puesto todo de su parte para hacer los entrenamientos para que nos motivemos y seamos parte de ello, nos hemos adaptado bien a esto. Obviamente todas ansiamos volver a entrenar y poder pensar en jugar, pero por ahora nos queda entrenar y entrenar para mantenernos bien hasta que nos toque volver a la cancha”, declaró.
El fútbol no solo le pertenece a los futbolistas. Hay una gran cantidad de trabajo ligado a esta profesión. Este es el caso de Paulo Inostroza, periodista deportivo del Diario Concepción, quién comentó lo difícil que ha sido para él y su equipo de trabajo el funcionar sin la pelota rodando.
“Durante los dos primeros meses tuvimos que recurrir mucho a la memoria deportiva, a recordar hitos de la zona y ver en qué estaba cada deportista. Tuvimos que hacer magia para llenar las páginas. Otro punto importante es que harto periodista se ha quedado sin pega y harto medio con problemas económicos para subsistir. Para demostrar nuestra valía hemos tenido que inventar hartas cosas, como en nuestro caso salir con un programa por Facebook todos los días ya que estos programas han sido como el BOOM de la pandemia. Aunque nosotros lo hacemos de una manera más profesional demostrando así que seguimos siendo necesarios, ya que la pega de periodista hoy nos obliga a estar innovando a cada momento según lo que va ocurriendo”, aseguró Inostroza, quién además agregó que «entre lo profesional y el hincha, uno ama el fútbol y lo que se echa de menos es jugar con los amigos”.
La vida da muchas vueltas y en una de esas nos llevó a una situación nunca antes vista por esta generación. Esta realidad nos lleva a cuestionarnos qué es lo importante. El fútbol es mucho más que lo que sale en la televisión, es pasión, esfuerzo, amistad y trabajo. Queremos que vuelva a rodar el balón, pero no por la pantalla, sino por nuestra vida.