La «Roja de todos» deberá limpiar su imagen mostrada en Septiembre y comenzar un resurgimiento en las eliminatorias.
Este jueves a las 20:00 hrs, Chile recibirá a Brasil en el Estadio Nacional. En un duelo que será crucial para mantener viva la ilusión de clasificar al Mundial de Norteamérica 2026. La Roja llega a este compromiso con la necesidad imperiosa de sumar puntos, en un camino que ha sido complejo. Pero donde el apoyo del público y el peso de la historia en casa podrían jugar a su favor.
Chile y Brasil han protagonizado batallas memorables en Santiago. Las últimas dos veces que se enfrentaron en suelo chileno, ambos equipos se repartieron victorias. En 2015, Chile se impuso 2-0 en el inicio de las Eliminatorias rumbo a Rusia 2018. Pero en 2021, Brasil tomó revancha con un ajustado 1-0 que dejó al combinado nacional sin margen de error. Este jueves, la historia está por escribirse de nuevo, con un Brasil que no atraviesa su mejor momento y un Chile diezmado por lesiones y suspensiones.
Ambas escuadras con complicaciones
Brasil llega con tres bajas sensibles. El arquero Alisson, el defensor Eder Militao y el delantero Vinicius Junior no podrán estar presentes. Esto ha dejado al equipo de Dorival Junior con un plantel disminuido, justo en una etapa en la que los resultados no han sido los mejores para la Canarinha. Aun así, Brasil sigue siendo una potencia temible y con jugadores de calidad en todas sus líneas.
Por su parte, Chile no estará exento de complicaciones. Los de Gareca sufrieron las bajas de Gabriel Suazo y Marcelino Núñez, ambos por lesión. Esto obligó al DT a realizar una convocatoria de emergencia, llamando a Ulises Ortegoza, mediocampista de Talleres de Córdoba, para suplir las ausencias. A esto se suman las ausencias por acumulación de tarjetas amarillas de Paulo Díaz y Erick Pulgar, dos piezas clave en el esquema defensivo y de mediocampo del equipo chileno.
A pesar de estas dificultades, Chile confía en poder plantarse de igual a igual ante los pentacampeones del mundo, aprovechando la localía y el apoyo incondicional de su hinchada. Para la Roja, este partido es la oportunidad de mantenerse en la pelea por un boleto a Norteamérica 2026, y un golpe anímico en caso de lograr un buen resultado ante una selección de Brasil que, aunque disminuida, sigue siendo uno de los rivales más difíciles del continente.