El delantero panameño de Universidad de Concepción, conversó en #EntrevistaEnCasa sobre sus inicios en el fútbol en centroamérica, su largo paso por Uruguay y el sueño que significó representar a su país en un mundial sub-20.
Cecilio Waterman debutó a la edad de 19 años en Sporting San Miguelito, club de su país natal. “Debuté muy joven en Panamá porque había una norma donde debía jugar un juvenil. No estaba entrenando mucho con el primer equipo, entrenaba más con la selección sub-20”. Luego de muy pocos partidos, su representante lo llevó a Uruguay para reforzar a Fénix. “Me fui sin papeles, sin saber del país, sin nada. Ese día llegué y en Uruguay oscurece a las 9 p.m. cuando es verano y en mi país a las 6 p.m. Llegué, y desperté a las 7 p.m. después de la siesta y era de día. Yo no entendía nada”.
Ese mismo año, hizo también su estreno en la selección absoluta: “Me citaron contra Honduras y yo estaba nervioso y contento, no me importaba si no iba a jugar. Disfruté ese momento”, expresó.
A partir de allí, comenzó su largo periplo de “los canaleros”. En 2011, vendría el sub-20 de la Concacaf, donde marcó cuatro goles y ayudó al equipo a clasificar a la cita máxima de la categoría, a disputarse ese mismo año en Colombia. “Tuve la oportunidad de jugar un Mundial. Enfrenté a jugadores como Salah que ahora brillan en Europa. También Casemiro, Coutinho o Danilo”, agregó el delantero, que debió medirse ante las selecciones de Egipto, Brasil y Austria, donde obtuvieron sólo un punto y no consiguieron clasificar a segunda ronda.
Respecto a su estadía en el país charrúa, está agradecido de todos los compañeros con los que compartió, ya que lo apoyaron y ayudaron mucho sabiendo que era extranjero. “Fénix y la gente me abrieron las puertas y me formaron como persona y como jugador”, declaró sobre el equipo en que estuvo desde 2011 hasta 2015.
En la mitad de aquel período, nuevamente le tocó representar a su nación en un torneo oficial. Panamá obtuvo el segundo puesto de la Copa de Oro 2013 disputada en EEUU, cayendo en la final ante el equipo anfitrión. Aún así, Waterman confiesa que “yo soy muy autocrítico y creo que no me fue bien, no sabía dónde estaba. Uno se arrepiente de no cuidarse, no alimentarse bien y ahora valoro esas cosas”, sostuvo.
Más tarde, tendría una aventura en Venados de México, un retorno a Fénix y, en 2017, se encuentra con Eduardo Acevedo en Defensor Sporting. En ese momento, las cosas no fueron bien por culpa de las lesiones, lo que le prohibió pelear las eliminatorias con su combinado nacional rumbo al Mundial de Rusia. “Me lesioné y no jugaba, no estuve ni en el radar”, relató.
Finalmente, su explosión la vivió en Plaza Colonia, club uruguayo donde se mantuvo durante 2019 y anotó 16 goles en 32 encuentros. “Ese campeonato fue fenomenal, se me dieron las cosas. Todo lo que tiraba al arco era gol y los compañeros con el técnico me apoyaban mucho, me sentía valorizado”, concluyó.
Este año llega a Universidad de Concepción en conjunto con Acevedo, donde se encuentra satisfecho por los goles y actuaciones que ha tenido hasta el momento, esperando retornar a la competencia en lo próximo.
Fotografía: Carlos Ávalos / La Pelota es Mía