CSD Concepción jugó 32 partidos en las primeras dos fases del torneo de ascenso, donde ganó 20 y convirtió 54 goles. Clave fue el desempeño colectivo y las individualidades, que dieron un carácter épico a cada una de las clasificaciones. Daniel Benavente e Ignacio Hermosilla jugaron casi la totalidad de los partidos y convirtieron 31 goles.
Un largo camino debió afrontar el elenco lila desde su estreno en el torneo de Tercera B, para llegar a la postemporada y medirse este sábado ante el Rodelindo Román, por los cuartos de final del torneo de ascenso. Exactamente 32 partidos que enfrentaron desde abril, cuando empataron 2-2 ante Provincial Ranco en condición de visitante.
En esos 32 encuentros, la titularidad recayó más veces en un grupo selecto de jugadores, quienes representan la columna vertebral del elenco dirigido por Esteban González: Darwin Cerda (28), Ignacio Hermosilla (27), Cristian Quintana (26), Daniel Benavente (25), Rodrigo Acum (25) e Iván Jara (23).
Desde ahí, el elenco lila sumó 20 victorias, cuatro empates y ocho derrotas en las dos fases iniciales: En la primera etapa sumó 15 victorias, tres empates y cuatro derrotas, en la liguilla de ascenso cosechó cinco victorias, un empate y cuatro derrotas (tres de estas en las últimas tres fechas). El rival más adverso que enfrentó la escuadra lila fue Comunal Cabrero, con quien cayó en tres ocasiones y sólo ganó una vez; en el caso de Caupolicán de Cauquenes, cosechó dos victorias, un empate y una sola derrota.
Al revisar las estadísticas de local y visitante, en casa los lilas se hicieron fuertes y solamente perdieron tres encuentros, ante Comunal Cabrero (x2), Pilmahue de Villarrica.
En materia de goles, los lilas convirtieron 54 goles y recibieron 34. La producción de goles vino en su mayoría de los pies de Daniel Benavente e Ignacio Hermosilla, quienes convirtieron precisamente 31 conquistas, 18 y 13 respectivamente.
Con estos antecedentes, el CSD Concepción saldrá a la cancha del Ester Roa Rebolledo este sábado para jugarse su primera final pro el ascenso.
Fotografía: Felipe Venegas/La Pelota es Mía