El triunfo de O’Higgins sobre Deportes La Serena le dio el vamos a una nueva versión del torneo nacional de Primera División, en el que Universidad Católica buscará un inédito pentacampeonato.
La temporada anterior acaba de finalizar apenas la semana pasada. Y terminó con Huachipato asegurando su permanencia en la máxima categoría, tras vencer a Deportes Copiapó en una postergada liguilla de Promoción. Esto debido al reclamo, acusación o como quiera llamarle, contra Deportes Melipilla por dobles contratos… del año 2020.
La decisión adoptada por la Segunda Sala del Tribunal de Disciplina fue la resta de seis puntos a los “Potros”. Inicialmente, habían sido expulsados de la ANFP, lo que permitió a los acereros, que descendieron en cancha, disputar el decisivo citado encuentro ante los copiapinos, subcampeones de Primera B.
Para este torneo, el Consejo de Presidentes, en una razonable determinación, eliminó la cláusula que permitía realizar acusaciones contra equipos infractores hasta cinco días hábiles después de conocida la falta. Fue esta la situación que produjo que los cierres de torneos de todas las categorías estuvieran manchados de reclamos. Situaciones que le otorgaron más poder a los departamentos jurídicos de los equipos que a los jugadores que disputaron los partidos en cancha.
Esperamos que tras esta decisión se acabe lo que se ha llamado el “fútbol de escritorio” y esperamos que imperen los resultados en cancha al final de la temporada. Para eso, también, la ANFP, ente organizador del espectáculo, debe fortalecer su aspecto fiscalizador. La Asociación, como organizador, debe asegurar que se eviten situaciones como las que ocurrieron en años anteriores. Hablo de dobles contratos, “platas en negro” o jugadores mal inscritos, que terminaron por trastocar totalmente las tablas de posiciones.
Por el bien de la imagen del ya alicaído fútbol chileno, deseamos que así sea.