Satisfacción y un fugaz sabor a nostalgia dejó el partido en la región de O’Higgins. Seguramente a más de alguno se le vino a la cabeza el ascenso frente a un equipo celeste, en un estadio ubicado a algunos minutos del Mekis.
Volvieron los toques. El Conce logró pisar el balón nuevamente y volver a ese esplendido juego asociado que hace bajar los aplausos de los hinchas lilas. Cual depredador, los leones entraron a darle cuatro zarpazos a los rancagüinos en un solo tiempo.
Ignacio Hermosilla sigue imparable en las anotaciones. El goleador aparece en los lugares más increíbles y aprovecha absolutamente todas las oportunidades que se le presentan para mandar la pelota al fondo de las redes. Los hinchas se están acostumbrando sanamente a ver la celebración a lo Rolling Stones que hace el 10.
Mención honrosa también para Matías Yáñez, que se comió la banda, como una ‘torre de ajedrez’, escuché por ahí. Regatea, corre, lucha y ataca. Las combinaciones que está enlazando con Daniel Benavente resultan venenosas para los rivales.
Al plantel se le ve de muy buen ánimo. Se nota que existe una fuerte unión en el camarín que lidera el ‘Chino’ González y el capitán Ángelo Giolito. En la cancha es como si cada jugador supiera exactamente en donde está su compañero y hacia que lugar acomodarle el balón. Felicitaciones a cada uno de los que conforman el equipo; por el silencioso trabajo, la garra y la madurez que han mostrado en los últimos partidos. A seguir por este camino.
La dirigencia lila una vez más pensó en los leones que viven fuera e instaló un stand con los productos oficiales del club. Los santiaguinos y radicados en ciudades cercanas agradecieron la oportunidad que se les dio para adquirir la camiseta ‘del retorno’.
Destaco enormemente a la numerosa cantidad de parejas de tercera edad, adultos, jóvenes, niñas y niños, que viajaron toda la noche o se levantaron muy temprano para emprender el aventurero viaje de 5 horas, y le entregaron incondicionalmente toda su energía a los leones, pese al frío, la repentina reprogramación del partido y a las tímidas gotas que caían desde el cielo.